Monday, March 20, 2006

EDICION PERIODISTICA

Desarrollo en el tiempo

Hasta hace algunos años, el papel de los redactores en un medio gráfico estaba limitado a la definición de su propio cargo: redactar. Es decir, recogían información y la volcaban en cuartillas, sin siquiera orientar un título.
La disposición en la página estaba bajo responsabilidad de un jefe de su área, llamado “editor”. Él debía buscar el mejor modo de presentar la noticia, desde el título, la bajada, el sumario, hasta la fotografía.
Las nuevas rutinas de trabajo en las redacciones, con periodistas polivalentes en sus funciones, obligó a los redactores a comprender que su función iba más allá de recoger buenos datos y expresarlos correctamente en un texto. Debían comprender que la calidad del contenido de un diario –factor fundamental en la construcción de la credibilidad— no era suficiente para atraer lectores. Nadie mejor que el periodista que estuvo en el lugar de los hechos, por cierto, para contribuir a generar una información completa, que contuviera –además de un texto bien redactado, desde luego— una serie de elementos gráficos para acompañarla, de modo de hacerle más fácil al público más fácil el acceso a esa información.
Estos conocimientos con que debe contar un redactor no excluye, claro, la existencia de un editor. Alex Grijelmo, en su obra El estilo del periodista, lo plantea del siguiente modo:
“En la jerga periodística, hemos asumido la palabra “edición” -por influencia del idioma inglés-, no como sinónimo de las decisiones empresariales y profesionales que conducen a la publicación de un libro o de un periódico, sino con el significado relativo a la preparación de textos, mediante un control de calidad, para su inclusión en un medio informativo. En este sentido, la Academia (Diccionario de 1992) define tal actividad periodística así: Edición: “Texto de una obra preparado con criterios filológicos”. Y en la entrada, “editor”, señala entre sus acepciones: “Persona que cuida de la preparación de un texto ajeno, siguiendo criterios filológicos”. En efecto, una parte destacada en el trabajo de un editor en el periódico viene dada por su atención a las cuestiones gramaticales, lexicográficas y sintácticas de los textos ajenos. Pero la Academia olvidó por misión principal: el cuidado de que se cumplan unas normas profesionales y éticas. Por eso, considero que la expresión “control de calidad” para definir la edición puede arrojar más luz sobre este cometido. Se trata de vigilar que el producto se elabore con mínimo y buenos resultados. Con calidad.
El editor es el primer lector de un texto. Las dudas que él plantee y resuelva se las ahorrará al comprador del periódico. Nunca deberá olvidar ese papel, porque –si se trata de un buen profesional- normalmente él habrá acumulado más información y antecedentes que un despreocupado lector anónimo; por tanto, se hará menos preguntas que quien no tiene por qué conocer los intríngulis de un asunto. Pero ahí deberá salir a flote su profesionalidad y su intuición para ponerse en los zapatos de cualquiera de los miles de ciudadanos, que acudirán al día siguiente al kiosco.

Hoy, redactores-editores

Claro que esta necesidad de los diarios de proveer a sus lectores el mayor caudal de información sin que éstos se pregunten, tal como lo plantea Grijelmo, si “hay algo más”, no puede estar ajena a la comprensión del redactor.
Las condiciones básicas para un buen redactor podrían sintetizarse en las siguientes:
Buena redacción. Es un valor fundamental. Gramática y ortografía son requisitos incluyentes. Pero, además, calidad en la expresión es un atributo que se valora cada vez más.
Capacidad de comunicación con su editor y con sus pares de su misma área, fotógrafos, infografistas y diseñadores gráficos. Las nuevas rutinas de trabajos sacaron al periodista-redactor del aislamiento en el que normalmente trabajaba en la recolección de datos. Ahora debe compartir el acceso a las fuentes con sus colegas de otras áreas, como infografistas. Debe comprender, en definitiva, que más que nunca, el periodismo es trabajo en equipo.
Conocimiento de sistemas editoriales. La destreza en el manejo de las herramientas informáticas se convirtió en un factor clave de éxito porque posibilita hacer el trabajo con velocidad y eficiencia, dejando más tiempo a la búsqueda de la información.
Conocimiento de edición fotográfica. Con él, se podrá comprender la mejor forma de ilustrar una información, además de facilitar el intercambio de opiniones con el fotógrafo y lograr de éste un compromiso total con el resultado final del trabajo.
Conocimiento de infografía. Se trata de comprender las necesidad del creador de infográficos, de modo de contribuir a un resultado que los lectores sabrán apreciar porque les permitirá comprender una información de un modo incluso más agradable y fácil que con el texto.
Conocimiento del manual de estilo gráfico del medio en que trabaja. Es la capacidad de interpretar las líneas gráficas que ha decidido el medio, de modo de preservar la uniformidad en las páginas, a la vez de aprovechar lo mejor posible los recursos.

En síntesis
En definitiva, edición debe ser comprendido como:
A.- Como conjunto de operaciones y pasos previos a la publicación de cualquier impreso.
B.- Impresión o estampación de cualquier escrito para una publicación.
C.- Conjunto de ejemplares de libros impresos de una sola vez.

Los elementos que integran el proyecto de edición son:
A.- Empresa
B.- Criterios redaccionales: se refieren a los contenidos a los que tenemos que dar forma y a los géneros.
C.- Criterios gráficos y estéticos: presentación, diseño.
D.- Medio técnico.


Textos complementarios:
La redacción bien estructurada - Por Carlos Verdecia
Aprender a escribir, aprender a redactar – Por María José López Pourailly.
El Blanco Móvil: taller de periodismo – Por Miguel Ángel Bastenier

FUENTES INFORMATIVAS

1. Introducción

Partamos de la premisa básica, aunque a veces incumplida, del periodismo: la sociedad tiene derecho a saber la verdad completa, comprobable, en forma oportuna, sin intereses ni prejuicios personales.Es obligación del periodismo, entonces, cumplir con la publicación fiel de los hechos, describirlos con exactitud sin falsear, omitir, ni distorsionar la información.Es decir, toda información estará sustentada en datos verídicos para fortalecer la confianza de nuestros lectores.
Frente a esto, los periodistas deben mantener un trato estrictamente profesional en la relación con sus fuentes informativas. No debe confundirse el trabajo con la amistad ni mucho menos prestarse a publicar la información con servilismo.

2. Qué son las fuentes informativas

Los periodistas no siempre pueden estar presentes en el momento en que se producen los acontecimientos. Es más, la mayoría de los periodistas no son testigos presenciales de los hechos que relatan sus noticias. Algunos acontecimientos tales como una rueda de prensa o una sesión parlamentaria son previsibles. En estos casos el periodista puede cubrir personalmente el evento para recopilar aquella información que después utilizará para escribir la noticia. Pero otros muchos acontecimientos son imprevisibles y tan sólo el azar puede permitir que el periodista sea testigo presencial, como por ejemplo un atentado terrorista o un accidente aéreo.En el caso de esos acontecimientos imprevisibles, o de otros hechos dignos de ser noticia pero a los que el periodista no puede acceder fácilmente, el periodista necesita recurrir a otras fuentes informativas para que le proporcionen información al respecto.Las fuentes informativas que puede consultar el periodista son variadas: personas, instituciones y organismos de toda índole. La obtención de fuentes de información fiables y de calidad otorgan prestigio al medio y al periodista.

Las fuentes son necesarias incluso cuando el periodista ha sido testigo directo del acontecimiento, ya que ofrecen información complementaria muy útil. Puede cubrirse una manifestación que tenga lugar en tu ciudad. La ha visto con sus propios ojos, has podido tomar tus propias notas, pero resultará muy conveniente solicitar información sobre el mismo acontecimiento a distintas fuentes, como pueden ser los dirigentes sindicales organizadores del acto, para recabar sus opiniones sobre la manifestación y los objetivos de la movilización.
Debe también solicitar a la policía cifras de participación estimadas, así como posibles incidentes registrados. Contacta con Defensa Civil para interesarse acerca de la existencia de heridos. Incluso es interesante solicitar la opinión directa de distintos participantes anónimos de la protesta. La correcta selección y combinación de todos esos datos permitirá elaborar una noticia veraz y rica en matices. Para ello se han utilizado distintas fuentes informativas.
Para relatar un acontecimiento, los periódicos de calidad y los buenos periodistas no recurren a una sola fuente informativa pues su información puede resultar sesgada, errónea o poco veraz, recurren a distintas fuentes para contrastar las informaciones ofrecidas por unas y otras.Una noticia resulta más veraz, y por tanto tiene más calidad, cuanto mayor sea la cantidad (el número de fuentes consultadas), la calidad (mayor credibilidad ofrezca la fuente utilizada) y el pluralismo (que las fuentes sean complementarias y presenten interpretaciones distintas de un mismo hecho) de las fuentes informativas utilizadas.
Para Gerbert Gans, fuente de información es la persona o grupo de personas que el periodista observa o entrevista y que le proporcionan las informaciones de base o los apuntes para una noticia.
También consideramos fuente de información a los documentos o depósitos de la información que pueden ser consultados, tales como archivos, libros, revistas, etc
Al hablar de fuentes, hay que distinguir entre informador y fuente informativa.
El informador es el que mantiene una relación ocasional con el periodista. Se limita a suministrarle unos datos concretos en un momento determinado. La principal diferencia es que el contacto con el informador es unilateral.
Una fuente informativa, por el contrario, mantiene una relación habitual con el periodista y entre ambos se mantiene un proceso informativo bidireccional.
Existen, además, fuentes exclusivas, es decir aquellas que aportan información a un periodista y a un medio.
Y fuentes compartidas que proporcionan la misma información a distintos periodistas o medios, estas son las agencias de noticias, los gabinetes de prensa, los comunicados públicos, etc.
Dado que el número de fuentes con las que el investigador puede mantener contacto, no es ilimitado, tendrá que seleccionar aquellas que en pasadas ocasiones le han suministrado informaciones fiables. Su red se va modificando constantemente.
En cada tema investigado se establece una jerarquización de fuentes. Las fuentes establecen también sus propios objetivos, no se acercan por igual a todos los medios y muestran sus preferencias. De ahí que el medio de información en el que se trabaja, el periodista sea decisivo a la hora de acceder a las fuentes informativas.

3. Categorización

Las fuentes informativas pueden dividirse en dos grandes categorías:
Fuentes propias.
Fuentes de las agencias nacionales e internacionales: el concepto más moderno sobre agencias las define como una suerte de "mayoristas de la información" que se valen de sus propios corresponsales, de agencias con las que pueden estar asociadas o bien de sus propias fuentes de información. Merece destacarse también que las agencias funcionan, respecto de los periódicos, como fuentes abiertas, de atribución directa.

4. Atribución de fuentes

Pocas veces la fuente autoriza al periodista a identificarla. En este caso se denomina información con atribución directa.
En los casos en los que la fuente prefiere permanecer en el anonimato se llama atribución reservada. Otras veces, la fuente suministra información solo para uso del periodista, y se denomina off the record.
· información con atribución directa: el periodista tiene autorización para nombrar la fuente. Esta es la situación ideal porque se gana en credibilidad y tendrá un mayor valor informativo. En general, la fuente a la que se atribuye puede ser una persona, un organismo u otro medio.
· Ejemplo I
El general norteamericano Vincent Brooks, jefe de Operaciones del Mando Militar central, reconoció que la ciudad meridional "sigue bajo la bota del régimen" de Saddam, y que se libran combates para eliminar la resistencia de las fuerzas iraquíes.
· Ejemplo II
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza publicará en los próximos días una lista con el número creciente de víctimas civiles del ataque anglo-norteamericano contra Irak. Se nos prometía una guerra limpia pero hoy constatamos una vez más que no hay guerras limpias, declaró Calmy-Rey al dominical Sonntagsblick.

· información con atribución reservada: es lo más frecuente. El periodista enmascara la identidad a través de las fuentes gubernamentales... Esta fórmula es muy utilizada por las fuentes que ponen en circulación información intoxicada, de ahí que sea necesario acogerla con reservas. Hay investigadores que sostienen que no se debería poner una información si la fuente no se deja identificar.
· Ejemplo
Voceros del gobierno bonaerense reconocieron anoche que la cantidad de votantes que participaron en los comicios internos del justicialismo, que se celebraron ayer, "no cumplió con las expectativas".
off the record: cuando el periodista recibe un información confidencial no publicable. Es una información para uso exclusivo de él, sin embargo no significa que no pueda hacer uso de esa información si ha sido verificada por otras fuentes. Hay muchos investigadores que no aplican esto porque no lo consideran bueno y prefieren realizar investigaciones más costosas o más incompletas, y no usar el off the record.
Se debe ser muy cuidado con el off the record: suele utilizarse por las fuentes para decir lo que se atreven a hacer en forma pública y, por eso, el periodista puede quedar inmerso en una controversia si no verifica otras fuentes.

5. Confiabilidad de las fuentes

Es conveniente que el periodista revele al lector la fuente de la que ha conseguido el dato o el conjunto de informaciones que incluye en su noticia. Eso otorga credibilidad al texto. Tan solo puede ser ocultada intencionadamente en aquellas ocasiones en las que la fuente se niegue a que se revele su identidad o en las que el periodista pueda sospechar que la integridad de la misma peligra en caso de ser difundida. En estos casos, el secreto profesional ampara legalmente al periodista para proteger la identidad de sus fuentes. En ocasiones las fuentes pueden proporcionar información off the record. Datos que se facilitan al periodista para que comprenda mejor determinado acontecimiento pero que expresamente se pone como condición que no sean publicados. En esos casos el periodista debe ser honesto con su fuente y cumplir su voluntad.

6. Chequeo de fuentes

El chequeo de las fuentes es fundamental, en particular cuando lo que dice esa fuente puede afectar a otras personas. Frente a esta situación, debe siempre, absolutamente siempre, consultarse a la contraparte para que dé su versión.
Si esa contraparte no estuviese disponible por cualquier razón, se expresará claramente que se intentó consultarla, pero no se obtuvo su declaración.
El chequeo de las fuentes es fundamental, también, para obtener dos o más visiones sobre un mismo evento, siempre que sea necesario..

7. Cómo citar las fuentes

El periodista puede introducir en la noticia declaraciones realizadas por los protagonistas del acontecimiento. Hay dos fórmulas para ello: la cita directa, en la que se reproducen textualmente las frases más significativas pronunciadas o escritas. Estas siempre irán entrecomilladas o en letra diferenciada para que el lector las identifique claramente. La otra opción es la cita indirecta, muy útil para resumir en pocas frases declaraciones largas. Con ellas el periodista ya no reproduce textualmente sino que se limita a sintetizar y explicar lo declarado. La manera de introducirlas suele ser con un "dijo que", "afirmo que", "declaró que". Resulta muy habitual la combinación en la misma noticia de la cita directa y la indirecta.

La mayoría de los libros de estilo de los diarios aconsejan evitar el recurso de disimular como fuentes informativas ("según los observadores... ", "a juicio de analistas políticos...") aquellas que sólo aportan opiniones. En este supuesto, lo aconsejable es es identificar a la persona consultada. En otro caso, no resulta interesante conocer una opinión si no se sabe quién la avala.

Thursday, March 09, 2006

GÉNEROS PERIODISTICOS

Introducción
Un género periodístico es una forma literaria que se emplea para contar cosas de actualidad a través de un periódico. Estos géneros tienen su origen en la historia del periodismo y existen varias etapas. Si te pones a leer un periódico verás que contiene noticias, artículos, fotografías, anuncios, etc. En la prensa se diferencian tres tipos de géneros periodísticos: informativo, opinión e interpretativo. No es fácil diferenciar unos de otros.
El género informativo se fundamenta en las noticias y en los reportajes objetivos. La noticia es el relato de un acontecimiento de actualidad que suscita interés público. El reportaje objetivo es un relato que describe un hecho sin incluir opinión o valoración del periodista.El género de opinión en los editoriales y los artículos de opinión. El editorial es el artículo de opinión del periódico. Los artículos o comentarios de opinión, cada vez con más presencia, como habrás observado, constituyen el planteamiento personal de quien lo escribe sobre un tema de actualidad.El género interpretativo combina la información con la opinión y de ese cóctel surgen las crónicas, los reportajes interpretativos, las entrevistas, etc.

El origen de los géneros

Los géneros periodísticos aparecen vinculados, desde un principio, a la prensa escrita. Por este motivo, cuando uno se pregunta ¿qué es un género periodístico? debe saber que son las diferentes formas literarias que se emplean para contar cosas de actualidad, siempre que después aparezcan en algún medio de comunicación, en nuestro caso la prensa escrita.
Los géneros están clasificados en dos grandes apartados. Por un lado, los que se refieren a los relatos que cuentan los hechos, y por otro, a los comentarios que se utilizan para ofrecer ideas.
El origen de los géneros periodísticos ha estado muy relacionado con la historia del periodismo y, a partir de mediados del siglo XIX, se conocen varias etapas:

a) la del periodismo ideológico, que predomina en todo el mundo hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. Es doctrinal y moralizador, al servicio de ideas políticas o religiosas. Es una etapa en la que la prensa aportaba muy pocas informaciones y muchos comentarios.

b) la del periodismo informativo, que surge sobre 1870, paralelo al periodismo ideológico, y que se irá perfilando a partir de 1914, primero en Inglaterra y después en EE.UU., como un periodismo que se apoya sobre todo en la narración o en el relato de los hechos. Esta etapa ha sido denominada como "la Edad de Oro de la Prensa", en la que los hechos se imponen a los comentarios. Los anglosajones lo llaman story, y da paso a lo que hoy se conoce como información "pura y dura", aunque en este género periodístico informativo también entran los reportajes y las crónicas, con sus respectivas variantes.

c) a partir de 1945, cuando termina la Segunda Guerra Mundial, se inicia la etapa del periodismo de explicación. Se busca una mayor profundidad en las informaciones, para lo que el periodista utiliza una mezcla entre el relato y el comentario ¿Para qué? Para que el lector, mediante una narración objetiva de los hechos, entienda los juicios de valor de forma fácil y rápida. Esta forma de contar cosas se aprecia, sobre todo, en el género del reportaje en profundidad.

De la lectura de un periódico impreso, se observan diferentes formas de presentar las informaciones:
las noticias o relatos de hechos
los comentarios o artículos, que permiten desarrollar determinadas ideas
las fotografías
los anuncios


Información y opinión

En la prensa podemos diferenciar tres tipos de géneros periodísticos: género informativo, género de opinión y género interpretativo. Este último surge como género híbrido entre la información y la opinión y adopta distintas formas periodísticas.
En un principio cuesta diferenciar unos géneros de otros. Pero para ser un buen lector de prensa (e incluso un futuro periodista) debe saber distinguirse con claridad la información y la opinión que aparecen en las páginas de los diarios.
Los diarios y las revistas incluyen entre sus contenidos páginas reservadas a la información (noticias, reportajes objetivos); otras se reservan para ofrecer opiniones sobre las noticias de actualidad (editoriales, columnas, artículos de opinión); también podemos encontrar fórmulas periodísticas que interpretan la realidad, combinando los datos informativos con determinados enfoques y juicios personales del propio periodista (crónicas, reportajes interpretativos, entrevistas). En la prensa se pueden distinguir tres actitudes diferentes: informar, opinar e interpretar.
Todas ellas son válidas desde un punto de vista periodístico. Si bien el lector no debe encontrar ninguna dificultad para distinguir cuándo se encuentra ante una información o noticia y cuándo ante un artículo de opinión. Los géneros periodísticos, los estilos lingüísticos utilizados, tienen como una de sus finalidades que el lector de prensa pueda diferenciar estas actitudes.
Los periódicos y revistas, generalmente para diferenciar con mayor claridad la información de la opinión, dedican unas páginas específicas para agrupar todos los contenidos que podríamos clasificar como opinión. Si se está leyendo una de esas páginas, debe saber que se le ofrecen unos puntos de vista determinados sobre diversas noticias, siempre con una finalidad implícita por parte del articulista de convencer al lector de lo acertado de su postura. Sin embargo, se supone que el resto del espacio del periódico o revista se destina a la información y, en todo caso, a la interpretación.
En ocasiones, artículos de opinión y noticias comparten una misma página, pero en esos casos se pueden distinguir tipográficamente con claridad: se utilizan tipos de letra diferentes, se enmarcan los artículos, etc.
Si se presta un poco de atención, cuando se lee un periódico cualquiera puede darse cuenta de que el periodista tiene una actitud esencialmente informativa, de carácter explicativo, cuando escribe una noticia. Sin embargo, el editorialista o columnista de opinión lo que hace es abogar por unos principios o planteamientos empresariales, por lo que tratará de convencernos de sus propias ideas.
La información, la interpretación y la opinión que encontramos en la prensa enriquecen nuestra visión de la actualidad. Son actitudes y géneros que se complementan pues cada uno desempeña sus propias funciones. El problema surge si el lector confunde una opinión personal de un colaborador del periódico con un dato informativo que se supone objetivo y veraz.

La noticia

Las noticias o informaciones constituyen, junto a los reportajes objetivos, los géneros informativos. La noticia es el relato de un acontecimiento de actualidad que suscita el interés del público. El periodista tiene la responsabilidad de relatar con la mayor objetividad y veracidad posible cómo se han producido esos acontecimientos o hechos.
La noticia tiene unas funciones claramente delimitadas y el periodista trata de cumplirlas con el mayor rigor profesional. El lector recibe la información sin ningún tipo de valoración personal u opinión del periodista que ha redactado la noticia.
Cuando se dispongan a redactar una noticia no deben pretender ser el más original o el más creativo sino el más preciso, veraz y objetivo. El estilo lingüístico utilizado está claramente definido por las siguientes normas: claro, concreto y conciso (las tres ces).
El periodista ordena los datos en la narración de la noticia en orden decreciente a su importancia: parte de los datos más importantes para llegar hasta aquellos menos significativos que cerrarán el cuerpo de su noticia. Las noticias siguen una estructura de pirámide invertida.
En la noticia se deben incluir los datos esenciales para la comprensión del acontecimiento. Se tiene que proporcionar al público las respuestas a las llamadas 5 W: Quién, qué, cuándo, dónde, por qué (who, what, when, where, why, a las que se puede añadir el Cómo (How).
La redacción de la noticia presenta unas pautas rígidas con escaso margen para la creatividad u originalidad por parte del profesional de la información. Sin embargo, es el género que con mayor eficacia cumple la función que podemos considerar prioritaria para el periodista: la de informar.
La noticia se compone de tres partes: titular, lead o entradilla y cuerpo de la noticia.

El reportaje

Se pueden distinguir dos tipos de reportajes: el reportaje objetivo y el reportaje interpretativo. Cada uno de ellos pertenece a un género periodístico. El reportaje objetivo es considerado un género informativo, mientras que el reportaje interpretativo se clasifica como género interpretativo.
El reportaje objetivo cumple en gran parte las mismas funciones que la noticia. Presenta bastantes elementos comunes, sobre todo que el periodista mantiene la objetividad en la presentación de los hechos. Es un relato descriptivo que no debe incluir opiniones personales o valoraciones del periodista, si bien este tipo de reportaje tiene sus propios rasgos característicos que le diferencian de la noticia. Quizá el más evidente es que su extensión generalmente es mayor. El reportaje, por tanto, permite al periodista ofrecer un mayor número de datos complementarios que cuando redacta una noticia en la que debe ceñirse a los elementos esenciales, dada la limitación de espacio con la que trabaja.
También encontramos diferencias en lo que se refiere al lenguaje. En el caso de la noticia, se aplican unas normas estrictas y un lenguaje bastante definido. En el reportaje el periodista disfruta de una mayor libertad expresiva siempre limitada por la función de informar. Si se escribe un reportaje, se podrán utilizar algunas estructuras sintácticas poco frecuentes en las noticias, o elaborar descripciones más creativas, pero no se puede olvidar que lo que se pretende ante todo es informar con profundidad al lector de unos hechos determinados. Si nuestra creatividad supone una dificultad añadida para que el lector pueda recibir esos datos informativos de un modo claro y directo, nos habremos equivocado en el planteamiento. Siguen siendo válidas para el reportaje las siguientes normas que rigen la noticia: objetividad, claridad y precisión.
El reportaje objetivo consta de dos partes: el lead y el cuerpo del mismo. El lead del reportaje pretende ganar la atención del lector desde la primera frase, a diferencia del lead de la noticia que tiene como función prioritaria condensar la esencia de la noticia. No es necesario que el lead del reportaje reúna los datos esenciales de los acontecimientos o hechos que se describen. Pretende atrapar el interés del lector para que continúe la lectura del reportaje. Para ello puede aplicar distintas fórmulas de lead utilizando: la ironía, el contraste o la sorpresa. Cuando el periodista lo considere oportuno podrá utilizar también el lead informativo característico de la noticia.
En el cuerpo del reportaje el periodista tampoco tiene que ceñirse a la estructura de la pirámide invertida casi obligatoria en las noticias. Además de aplicar esta estructura cuando la estime conveniente, el periodista puede combinar datos esenciales con datos complementarios para mantener el interés del lector y la intensidad del relato. En el reportaje no es obligatoria la exposición de los datos en estricto orden decreciente de importancia.

La entrevista

La entrevista puede ser considerada como un tipo específico de reportaje. Si bien sus elementos característicos también pueden convertirla en un género periodístico totalmente diferenciado. Lo que interesa es tener claro que la entrevista pertenece a los géneros interpretativos.
La entrevista es un género que está muy presente hoy en día en la prensa. Tanto los periódicos como los semanarios u otro tipo de revistas dedican muchas de sus páginas a ofrecer a sus lectores entrevistas con aquellos personajes públicos que se consideran relevantes. Permiten al lector un acercamiento virtual, un conocimiento directo de aquellos personajes que le resultan interesantes, admirados, queridos...
Existen distintos tipos de entrevistas, pero la entrevista periodística por excelencia es la que se conoce como entrevista de personalidad. El periodista, en este caso, trata de recoger con veracidad la personalidad del personaje entrevistado. Comparte con sus lectores aquellos elementos más significativos de la conversación que ha mantenido con ese personaje.
La técnica de redacción de la entrevista consiste en alternar las descripciones o consideraciones que realiza el periodista con las palabras textuales del entrevistado. Esa combinación permite que el lector pueda penetrar en la psicología del personaje. El periodista introduce en sus consideraciones elementos interpretativos.
Las entrevistas de personalidad suelen contar con una extensión considerable que puede alcanzar distintas páginas y suelen ir acompañadas de un reportaje fotográfico que retrata la imagen del entrevistado, mientras que el texto de la entrevista pretende retratar el "espíritu" del mismo.
Los periodistas que realizan este tipo de entrevistas deben saber persuadir al entrevistado y crear un clima de conversación lo suficientemente agradable para que el personaje se muestre tal y como es en realidad. Posiblemente las entrevistas preferidas por los lectores son aquellas en las que los entrevistados muestran su verdadera personalidad, muchas veces oculta tras una imagen pública determinada.
Conseguir extraer opiniones interesantes y sinceras del entrevistado depende en gran parte de la destreza y la psicología del propio periodista. La entrevista siempre debe transcurrir como una conversación grata para el entrevistado. En muchas ocasiones el entrevistado parte de una actitud desconfiada pero las preguntas y la conversación del periodista consiguen un talante mucho más expresivo y sincero por su parte.

El editorial

La prensa añade a sus funciones de informar e interpretar una tercera que es la de opinar acerca de la actualidad. Distintas fórmulas periodísticas, que se pueden definir como géneros de opinión, tratan de desarrollar esta función.
Una de estas fórmulas es la del editorial. El editorial es un artículo de opinión que no va firmado por ninguna persona pero que recoge la opinión institucional y colectiva del periódico o revista. Ese carácter institucional otorga a este tipo de artículos una gran trascendencia pública. Los lectores pueden conocer la opinión abierta y directa del medio sobre distintos temas de actualidad, así como sus planteamientos ideológicos implícitos.
Todos los editoriales opinan acerca de noticias aparecidas en ese mismo número o en números recientes. Los temas de actualidad tratados en un editorial suelen ser aquellos que entrañan una mayor trascendencia y una gran importancia. Pueden versar sobre asuntos políticos, económicos, sociales, etc.
Se pueden encontrar editoriales más polémicos, más fríos, más contundentes, más explicativos, más expositivos o más combativos, según sea la postura sostenida por el medio.
Los periodistas que elaboran los editoriales suelen estar especializados en esa tarea y gozan de la absoluta confianza del Director. Los periódicos cuentan con un Consejo editorial que debate, perfila y decide cuáles van a ser las opiniones institucionales que se van a defender ante la opinión pública mediante los editoriales. Los editoriales del día están agrupados en la que se denomina página editorial.
El editorialista goza de gran libertad expresiva sin olvidar la necesidad de ser claro y preciso. El estilo suele ser grave y digno, acorde con la importancia del tema tratado. Nunca se utiliza el yo personal del periodista que lo escribe ya que se expresa la opinión colectiva del periódico o revista.
En el editorial no se utilizan los párrafos introductorios, el espacio disponible es limitado y se afronta desde la primera frase el tema sobre el que se pretende opinar. Cualquier editorial suele contener: una primera parte que enuncia y recuerda el tema, una segunda en la que se desarrolla el análisis y la interpretación que suscita y se finaliza con una tercera con la presentación de una postura y una opinión concreta. Esta opinión puede formularse a modo de solución, pronóstico o crítica. En este tipo de artículos resultan especialmente decisivos, para conseguir el propósito editorializante, el primer y último párrafo.
Para redactar un editorial, el periodista debe conocer con profundidad el tema sobre el que se va a opinar a fin de que la opinión del periódico nunca resulte contradictoria, incoherente o con escasa argumentación ya que esto dañaría la credibilidad general de la publicación.
Los periódicos reservan los editoriales para opinar sobre los temas más importantes, pero cuentan con otras fórmulas para emitir opiniones institucionales sobre temas de menor calado o para hacerlo de un modo un tanto más ligero y menos profundo sobre asuntos de gran interés. Entre estas modalidades podemos citar los sueltos o los breves, artículos al estilo de aguijones, y laureles, en los que el periódico premia o castiga determinados comportamientos de personas o instituciones.

El artículo de opinión

El artículo de opinión tiene una gran presencia en la prensa. En este tipo de artículos se emiten opiniones concretas suscitadas por un tema de actualidad.
Las funciones del artículo son similares a las del editorial. En él se ofrecen valoraciones, opiniones y análisis sobre diversas noticias. A diferencia del editorial, el artículo va firmado y representa la opinión particular de su autor. En ocasiones, incluso esta opinión puede disentir manifiestamente de la postura institucional del periódico expresada en sus editoriales. Otra diferencia que debes tener en cuenta es que los temas tratados en los artículos pueden ser mucho más variados puesto que los editoriales sólo abordan noticias que poseen una gran relevancia.
La libertad expresiva de la que gozan los articulistas es casi total, desde luego mucho mayor que la de los editorialistas. El articulista puede elegir el tono, la perspectiva, la seriedad, etc, con la que piensa dirigirse a sus lectores, mientras que el editorialista siempre está sometido en su escritura a cierta solemnidad.
El artículo de opinión está estrechamente ligado al autor, por ello su credibilidad y capacidad de influencia dependen del prestigio y autoridad que merezca esa firma a los lectores.
Los artículos suelen tener una extensión entre las quinientas y las ochocientas palabras y no tienen por qué ser escritos por periodistas. Cualquier otro profesional puede expresarse mediante un artículo de opinión. Pero sean periodistas o no, los articulistas suelen ser profesionales contrastados con muchos años de experiencia y una trayectoria conocida por la opinión pública.
Podemos distinguir dos tipos de articulistas: los que abordan cualquier tema o asunto de actualidad y publican sus artículos con una determinada periodicidad, y los que publican, de forma periódica u ocasional, artículos referidos a aquellos asuntos que pertenecen a su especialidad.
Dentro del artículo de opinión se pueden distinguir las columnas personales. Las columnas son espacios reservados por los periódicos y revistas a escritores de notable prestigio, con una periodicidad regular. La libertad expresiva en estos casos es total con dos únicas limitaciones: el número de palabras establecido por el periódico y la claridad debida a los lectores. Constituyen un género híbrido entre la literatura y el periodismo.
El columnista debe reunir dos cualidades: un dominio virtuoso del lenguaje, que materializa en un estilo propio, y una capacidad para ofrecer una perspectiva única y diferente sobre hechos conocidos que pertenecen a la actualidad. El grado de complicidad que el columnista adquiere con sus lectores es muy elevado.
Lorenzo Gomís, importante periodista y articulista español, escribió: "Una columna periodística está llena de tiempo. Es un recuadro con tiempo dentro. Es una botella que se echa al mar, desde una isla, para que un barco que pase la encuentre y lea el mensaje".

La crítica

Otro género periodístico que podemos diferenciar en nuestra prensa es la crítica. La critica cumple una labor de interpretación de diversos acontecimientos culturales.
La crítica periodística cumple tres funciones simultaneas: informa, orienta y educa a los lectores. La sección cultural y de espectáculos concentra la mayor parte de las críticas que aparecen en el periódico, aunque dentro de esta sección encontramos todos los géneros periodísticos: noticias (un ejemplo son las reseñas culturales), reportajes, entrevistas, crónicas y también críticas.
Hoy en día la producción cultural y artística es altísima, al menos analizada desde valores estrictamente cuantitativos. Los estrenos cinematográficos semanales desbordan incluso a los propios cinéfilos. Las empresas editoriales ofrecen mensualmente cientos de novedades que están disponibles en las librerías en un corto espacio de tiempo. El número de exposiciones que pueden ser visitadas en cualquier capital de provincia es muy abundante. Desde luego esta gran oferta cultural es enriquecedora para la sociedad pero también conlleva una serie de riesgos, probablemente el más importante sea el de la confusión. La crítica adquiere cada vez una mayor importancia, precisamente porque su principal tarea es la de orientar al público y filtrar, en cierto modo, aquellas obras que reúnen unas mínimas cualidades artísticas.
La tarea del crítico es siempre controvertida y no debes olvidar que se mueve en el territorio de la opinión personal, de la valoración subjetiva. Puedes leer dos críticas distintas sobre un mismo libro con juicios contrapuestos. Mientras que para un critico un texto puede ser una obra menor de un gran escritor, para el otro merece la calificación de obra maestra. Esta libertad del crítico a la hora de aplicar sus propios criterios artísticos a la obra analizada beneficia a los lectores que así pueden elegir aquellos críticos que merecen su credibilidad y que se adecúan a sus propios gustos.
Resulta imprescindible, para el periodista que se dedica a la crítica, una gran especialización en aquella temática que trata. El crítico es un especialista, o al menos debería serlo, en la materia que analiza. Debe fundamentar y probar aquello que afirma, sin caer en el dogmatismo ni en la opinión totalitaria.
La crítica periodística es un género diferenciado del periodismo por las funciones específicas que cumple y también por una serie de características propias: debe ser breve pero no superficial, ágil y rápida pero al mismo tiempo reflexiva, profunda y argumentada. Su tono cultural es elevado pero obligatoriamente debe ser inteligible, comprensible para cualquier lector: el crítico no debe olvidar que no escribe para especialistas.
El crítico debe ser fiel a elevadas exigencias en cuanto a su ética profesional, no puede dejarse influir por sus propios intereses o debilidades personales a la hora de realizar su interpretación y juicio sobre la obra artística. Ni para elogiar gratuitamente, actuando más de propagandista que de crítico, ni atacando injustificadamente con la intención de ridiculizar y perjudicar a la obra y a su autor. Su actitud debe partir de la ecuanimidad y el respeto a aquello que juzga, aunque exprese las carencias y defectos que bajo su criterio presenta. Debe ser positivo, resaltando las cualidades de lo que juzga en primer lugar y después referirse a las carencias y las valoraciones negativas.
Para un buen crítico, hay tres cualidades: en primer lugar una gran afición y sensibilidad por el arte para ejercer la crítica, un profundo conocimiento del mismo y unos sólidos criterios propios.
Las páginas dedicadas a la cultura y los espectáculos, así como los suplementos culturales semanales, son los espacios donde la crítica se desarrolla con una mayor intensidad. También abundan en cualquier tipo de revistas, especialmente en aquellas especializadas en el arte y la cultura.
Existen distintos tipos de críticas en función de la temática que abordan: crítica literaria, crítica cinematográfica, crítica teatral, crítica musical, crítica de arte (pintura, escultura y arquitectura). En último lugar debemos destacar la crítica de radio y televisión, que se encarga de valorar sus respectivos programas.
Periodismo especializado
Al margen de los géneros, en la prensa también podemos distinguir los contenidos en función de su grado de especialización. La complejidad de la actualidad y, en general, de nuestras sociedades ha provocado que la prensa y los periodistas evolucionen hacia unos mayores niveles de especialización.
Existen publicaciones con una temática genérica y diversa y otras publicaciones que optan por especializarse en una materia de la cual se proponen informar en profundidad a sus lectores. Esa decisión repercute directamente en el trabajo periodístico y en los mercados informativos.
Esta es una distinción evidente que podemos establecer en el campo de la prensa, pero incluso en un periódico de información general se establecen secciones con una intención de clasificar y especializar sus noticias. Los periodistas, sin olvidarse de tener una visión amplia de la actualidad, necesitan cada vez con mayor intensidad un conocimiento profundo de aquella parcela concreta sobre la que informan a sus lectores.
Un periodista que escribe en la sección de economía requiere un alto grado de especialización en esa materia para poder comprender y comunicar con eficacia todas aquellas noticias de actualidad que repercutan en el mundo económico. Lo mismo sucede con un periodista especializado en deporte o con otro en política nacional, salud, ciencia, educación, etc.
Los grandes periódicos tratan de competir con los medios informativos audiovisuales (radio y TV) o digitales (información disponible en Internet) ofreciendo a sus lectores una completa información, acompañada de interpretación y opinión. Son cada vez más importantes los cuadernillos o suplementos semanales que se dedican a ofrecer noticias sobre un tema determinado: economía y trabajo, ciencia y tecnología, salud, cultura, educación, etc.
En las redacciones de los periódicos y revistas conviven los periodistas llamados generalistas, dispuestos a cubrir e informar sobre cualquier noticia, y aquellos otros especializados en una temática concreta. Para el funcionamiento de la prensa, ambos profesionales son imprescindibles.
El periodista especializado combina una experiencia profesional y un amplio conocimiento en una determinada área de especialización con la aplicación de los conocimientos periodísticos generales que le permiten informar al público con eficacia. Esta segunda capacidad le diferencia de los profesionales especialistas, que no son periodistas pero colaboran con los medios de comunicación como articulistas o asesores por lo que no dominan el lenguaje periodístico ni otros muchos conocimientos específicos que maneja el periodista para informar con claridad, incluso sobre aquellas noticias más complejas.
Pero los medios escritos también pueden optar por especializar sus contenidos de una forma absoluta. Así podemos comprar en los kioscos revistas del corazón (que sólo informan sobre las noticias denominadas "rosa" o "del corazón"), revistas de informática, revistas dedicadas al deporte en general o a un deporte concreto, revistas científicas, paracientíficas, etc. Este tipo de prensa cuenta con un público más homogéneo que el que puede tener una revista de información general y eso tiene una serie de beneficios empresariales en lo que se refiere a la venta de publicidad, conocimiento de la audiencia, etc.

QUE ES LA NOTICIA -- APUNTE

Definiciones elementales

Primera definición: "Conocimiento elemental".

Segunda definición: "Noticia es la publicación o divulgación de un hecho" (del manual de la agencia AP)

Tercera definición: "Noticia es aquello que ocurre y ante lo cual uno reaccionaría".

Según estos criterios, dar una noticia no es más que proporcionar a otros una referencia sumaria de algo.

La sencillez de esta definición, sin embargo, no logra abarcar un concepto que ha evolucionado conforme avanzaron los medios y la sociedad.

En consecuencia, hay tantas definiciones como puntos de vista nos podamos situar:

Veámoslo desde la óptica más importante, pero no excluyente, la del público receptor:

Dovifat: Las noticias son comunicaciones sobre hechos nuevos surgidos en la lucha por la existencia del individuo y de la sociedad.

Es decir, es algo que tiene que ver directamente con el hombre, con la vida del hombre.

Hay aquí tres elementos:
1) ser de utilidad y valor para el receptor;
2) ser nueva, recién trasmitida;
3) ser comunicada a través de un tercero que, de una manera u otra, volcará sobre la noticia la impronta de su propia subjetividad.
1.- Ser de utilidad para el lector:
Este punto está presente la mayoría de las veces. Resulta obvio que más interés tiene una noticia cuanto más afecta a una persona.
Ejemplos:
Un aumento de impuestos; un evento que interesa a la gente porque por razones de cercanía puede asistir o porque habrá de ser significativo para su existencia (una elección presidencial); una guerra (porque aunque ocurra lejos siempre habrá de alterar en algo nuestras vidas).
Sin embargo, esto no agota los puntos de interés:
El impacto de la noticia puede ser objetivo, racional; esto es, significa algo que me hace razonar.
Pero también puede ser emocional: la publicación de casos de desnutrición es una muestra de cómo puede impactarnos anímicamente y, tal vez, llevarnos a actuar en forma solidaria.
2.- Ser nueva, recién transmitida.
Hay una tendencia a considerar a este como un punto esencial. En verdad lo es, particularmente para los medios audiovisuales. Pero desde el punto de vista del público puede no ser un condicionamiento a la definición.
3.- Ser comunicada a través de un tercero.
Salimos aquí del interés del lector y nos situamos en la forma en que es transmitida. Hablamos, entonces, de la intermediación de un medio de comunicación.
Entonces, qué es noticia surge del criterio establecido por el medio y sus periodistas. De aquí que los fines de la prensa y demás medios de información hayan de coincidir con los intereses del público para que la difusión o la audiencia del medio informativo pueda tener lugar.
Desde esta óptica, aparecen otras definiciones:
"Noticia es lo que los periodistas creen que interesa a los lectores. Por tanto, noticia es lo que interesa a los periodistas".
"Noticia es todo lo que el lector necesita saber".
"Las noticias son la narración de los últimos acontecimientos que interesan al mayor número de lectores sin conexión con esos hechos".
"Noticia es lo que interesa a mi público".
En síntesis, podría definirse:
"Noticia es todo acontecimiento actual, interesante y comunicable".
Hay aquí cuatro elementos:
1. El hecho en sí, el acontecimiento, que tiene su propia sustantividad sea o no convertido en noticia.
2. La actualidad, que es lo que convierte al hecho en noticia,. constituyéndose en elemento esencial.
3. El interés, el valor añadido al acontecimiento por su actualidad.
4. Y la comunicabilidad, que no es sólo el fin de la noticia, sino también su límite. La comunicabilidad ha de ser entendida como la aptitud del hecho para ser comunicado en forma de noticia, es decir, su capacidad de ganar el interés público, su cualidad de ser interesante.
Conclusión: Noticia es un hecho de actualidad, que no nos deja indiferentes, que provoca en nosotros una reacción y que es divulgado por un medio informativo.

De ayer a hoy
Sin embargo, estos conceptos son duros, preestablecidos y, en consecuencia, no valoran una serie de nuevos elementos que se presentan en la relación público-medio o público-periodista.
Para los medios escritos, hubo un momento de quiebre con la aparición de la radio y la televisión, que comenzaron a relatar las noticias en directo.
A medida que estos canales de comunicación se fueron haciendo populares, la gente dejó de apelar a los diarios para saber QUÉ HABIA PASADO y se volcó a ellos en busca de indicios sobre CÓMO LOS HECHOS IBAN A IMPACTAR EN SUS VIDAS.
En síntesis, los diarios debieron RELATAR EL PRESENTE y EXPLICAR EL FUTURO.
En otras palabras: CONTAR CAUSAS y CONSECUENCIAS DE UNA NOTICIA.
La complejidad de la sociedad en la que hoy vivimos hace descartar, por vieja, pero a la vez por banal, una vieja definición acuñada por maestros de periodistas:
"Si un perro muerde a un hombre no es noticia; pero si un hombre muerde a un perro, ésto sí es noticia".
Tal consejo llegó a nosotros hasta el punto que es un cliché que pervive, y que es a simple vista una lógica para publicar algo nuevo, raro y sorprendente, pero nada tiene que ver con el papel social que la historia le ha deparado al periodismo.
Por supuesto que no estamos vedados a publicar noticias curiosas, pero nunca deben ocupar los principales espacios y tiempos de los medios de difusión. La responsabilidad es mucho más grande.
En 1960, John Tebbel, escritor e investigador de asuntos de periodismo, escribió en su Breve Historia del Periodismo en Estados Unidos, una definición de noticia que hizo saltar en pedazos las que hasta entonces se habían aceptado en las redacciones de los diarios.

Dijo Tebbel: "Noticia no es lo que pasó, ni lo que está pasando, es lo que va a suceder".

Tebbel asigna así un nuevo papel a los medios de comunicación: el de ORIENTADOR DE LA OPINIÓN PUBLICA
Es verdad: en momentos de turbulencia social, política y económica, la gente busca en los medios una orientación para su destino.
Esto encierra una enorme responsabilidad para los medios, pero a la vez un peligro para la opinión pública: la contaminación que el poder hace en los medios y que puede impedir un relato objetivo de la situación.

La noticia, ¿es el hecho?
¿Cuánto de la realidad puede reconstruir una noticia?
Sólo una porción de ella: la que ve el periodista.
En consecuencia, la conocida demanda de OBJETIVIDAD frente a lo que ocurre para relatarlo queda absolutamente tamizada no sólo por la forma en que el periodista percibe los hechos, sino también frente a los intereses de los medios.
No es menor el papel que juegan los PROTAGONISTAS DE LA NOTICIA, que serán los que, al momento de la reconstrucción de un hecho, dejarán expuestas sus visiones frente a la realidad.
En este punto, entre en juego LA CREDIBILIDAD DEL MEDIO.

Criterios de "noticiabilidad"


El criterio de noticiabilidad es lo que determina que miles de acontecimientos pasen a ser unos cientos o unas decenas de noticias.
Los criterios que hacen un hecho noticiable suelen ofrecer matices de una sociedad a otra, e incluso, parcialmente, de un medio a otro.
Para la elaboración de estos criterios, los medios evalúan el valor de la noticia como:
Información práctica.
Impacto emocional.
Formadora de la opinión pública.

Estos rasgos apuntan a la concepción de la noticia como un servicio público, que construye los datos que necesita la sociedad en su vida cotidiana; a la conmoción y también a la empatía entre la construcción periodística y el público, que hace a la noticia más cercana y creíble, y al papel jerarquizador de los medios en relación con los asuntos públicos.
Un hecho se vuelve noticia por el efecto y su función social, entendiendo por efecto las huellas que dejan las noticias, en comentarios, conversaciones y debate y en la producción de otros hechos, y como función social, por el valor de la información sobre la vida de los individuos.
Por eso, el hecho que repercute más es más noticia, lo mismo que el hecho que repercute en más hechos también lo es.
Según los efectos que un acontecimiento puede tener sobre la sociedad, los valores-noticia más importantes son:
novedad
originalidad, imprevisibilidad e ineditismo
evolución futura de los acontecimientos
importancia y gravedad
proximidad geográfica del hecho a la sociedad
magnitud por la cantidad de personas o lugares implicados
jerarquía de los personajes implicados
inclusión de desplazamientos

Periodismo, noticia y noticiabilidad
(Extractado de MARTINI, Stella Periodismo, noticia y noticiabilidad, Norma, Buenos Aires, 2000)