Monday, March 20, 2006

EDICION PERIODISTICA

Desarrollo en el tiempo

Hasta hace algunos años, el papel de los redactores en un medio gráfico estaba limitado a la definición de su propio cargo: redactar. Es decir, recogían información y la volcaban en cuartillas, sin siquiera orientar un título.
La disposición en la página estaba bajo responsabilidad de un jefe de su área, llamado “editor”. Él debía buscar el mejor modo de presentar la noticia, desde el título, la bajada, el sumario, hasta la fotografía.
Las nuevas rutinas de trabajo en las redacciones, con periodistas polivalentes en sus funciones, obligó a los redactores a comprender que su función iba más allá de recoger buenos datos y expresarlos correctamente en un texto. Debían comprender que la calidad del contenido de un diario –factor fundamental en la construcción de la credibilidad— no era suficiente para atraer lectores. Nadie mejor que el periodista que estuvo en el lugar de los hechos, por cierto, para contribuir a generar una información completa, que contuviera –además de un texto bien redactado, desde luego— una serie de elementos gráficos para acompañarla, de modo de hacerle más fácil al público más fácil el acceso a esa información.
Estos conocimientos con que debe contar un redactor no excluye, claro, la existencia de un editor. Alex Grijelmo, en su obra El estilo del periodista, lo plantea del siguiente modo:
“En la jerga periodística, hemos asumido la palabra “edición” -por influencia del idioma inglés-, no como sinónimo de las decisiones empresariales y profesionales que conducen a la publicación de un libro o de un periódico, sino con el significado relativo a la preparación de textos, mediante un control de calidad, para su inclusión en un medio informativo. En este sentido, la Academia (Diccionario de 1992) define tal actividad periodística así: Edición: “Texto de una obra preparado con criterios filológicos”. Y en la entrada, “editor”, señala entre sus acepciones: “Persona que cuida de la preparación de un texto ajeno, siguiendo criterios filológicos”. En efecto, una parte destacada en el trabajo de un editor en el periódico viene dada por su atención a las cuestiones gramaticales, lexicográficas y sintácticas de los textos ajenos. Pero la Academia olvidó por misión principal: el cuidado de que se cumplan unas normas profesionales y éticas. Por eso, considero que la expresión “control de calidad” para definir la edición puede arrojar más luz sobre este cometido. Se trata de vigilar que el producto se elabore con mínimo y buenos resultados. Con calidad.
El editor es el primer lector de un texto. Las dudas que él plantee y resuelva se las ahorrará al comprador del periódico. Nunca deberá olvidar ese papel, porque –si se trata de un buen profesional- normalmente él habrá acumulado más información y antecedentes que un despreocupado lector anónimo; por tanto, se hará menos preguntas que quien no tiene por qué conocer los intríngulis de un asunto. Pero ahí deberá salir a flote su profesionalidad y su intuición para ponerse en los zapatos de cualquiera de los miles de ciudadanos, que acudirán al día siguiente al kiosco.

Hoy, redactores-editores

Claro que esta necesidad de los diarios de proveer a sus lectores el mayor caudal de información sin que éstos se pregunten, tal como lo plantea Grijelmo, si “hay algo más”, no puede estar ajena a la comprensión del redactor.
Las condiciones básicas para un buen redactor podrían sintetizarse en las siguientes:
Buena redacción. Es un valor fundamental. Gramática y ortografía son requisitos incluyentes. Pero, además, calidad en la expresión es un atributo que se valora cada vez más.
Capacidad de comunicación con su editor y con sus pares de su misma área, fotógrafos, infografistas y diseñadores gráficos. Las nuevas rutinas de trabajos sacaron al periodista-redactor del aislamiento en el que normalmente trabajaba en la recolección de datos. Ahora debe compartir el acceso a las fuentes con sus colegas de otras áreas, como infografistas. Debe comprender, en definitiva, que más que nunca, el periodismo es trabajo en equipo.
Conocimiento de sistemas editoriales. La destreza en el manejo de las herramientas informáticas se convirtió en un factor clave de éxito porque posibilita hacer el trabajo con velocidad y eficiencia, dejando más tiempo a la búsqueda de la información.
Conocimiento de edición fotográfica. Con él, se podrá comprender la mejor forma de ilustrar una información, además de facilitar el intercambio de opiniones con el fotógrafo y lograr de éste un compromiso total con el resultado final del trabajo.
Conocimiento de infografía. Se trata de comprender las necesidad del creador de infográficos, de modo de contribuir a un resultado que los lectores sabrán apreciar porque les permitirá comprender una información de un modo incluso más agradable y fácil que con el texto.
Conocimiento del manual de estilo gráfico del medio en que trabaja. Es la capacidad de interpretar las líneas gráficas que ha decidido el medio, de modo de preservar la uniformidad en las páginas, a la vez de aprovechar lo mejor posible los recursos.

En síntesis
En definitiva, edición debe ser comprendido como:
A.- Como conjunto de operaciones y pasos previos a la publicación de cualquier impreso.
B.- Impresión o estampación de cualquier escrito para una publicación.
C.- Conjunto de ejemplares de libros impresos de una sola vez.

Los elementos que integran el proyecto de edición son:
A.- Empresa
B.- Criterios redaccionales: se refieren a los contenidos a los que tenemos que dar forma y a los géneros.
C.- Criterios gráficos y estéticos: presentación, diseño.
D.- Medio técnico.


Textos complementarios:
La redacción bien estructurada - Por Carlos Verdecia
Aprender a escribir, aprender a redactar – Por María José López Pourailly.
El Blanco Móvil: taller de periodismo – Por Miguel Ángel Bastenier

1 Comments:

Blogger rafafefifofu said...

Muchas gracias por este texto, me ha sido de gran utilidad.

Cecilio

11:42 PM  

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